El repetitivo martilleo de una motora al surcar las aguas de la costa me resulta algo sugerente y en cierto modo hipnótico. Me gusta observar al viejo marino que, en silente concentración, mantiene el rumbo fijo hacia un punto marcado en su mente.
A quien nunca ha manejado una embarcación de este tipo no le suele resultar fácil imaginar la dificultad que la linea recta contínua supone para el patrón. Parece tarea fácil pero no lo es.
Cuando veo a estos bravos hombres de mar de regreso a casa tras una jornada de pesca, imagino las horas de soledad y espera que habrán vivido, desde las luces horas del alba en las que suelen hacerse a la mar.
Al marino de la fotografía ya le quedaban escasos instantes para atracar su nave en el embarcadero, para descargar sus capturas, ya sean muchas o pocas, y para regresar a casa. Todo ello tras una jornada en la que emulando a Ernest Hemingway, solo habrán estado «El viejo y el mar».
«Hacia el punto de fuga»
Todo principio tiene un final y todo camino un destino. Sea cual sea nuestro medio de transporte, nuestras motivaciones y/o nuestras energías para emprender el viaje, siempre que decidimos inciarlo solemos plantear el punto de destino en el mapa de nuestras ilusiones.
Tanto es así, que en la mayoría de las ocasiones el viaje no es nada más que un proceso inocuo de desplazamiento físco del Punto A al Punto B en el más breve periodo de tiempo posible.
Todo ello tras una jornada en la que solo habrán estado El viejo y el mar. #OriolVillar #Hemingway #Escritor #Fotografía Compartir en X
Pero hay algo que solemos obviar y es que es precisamente el recorrido lo que hace fascinante un viaje.
Es bueno marcarse un objetivo, tanto en el viaje como en la vida. Pero la apertura de la mente y la amplitud de miras debe ayudarnos a fijar nuestra atención en el hecho de que un paso sigue a otro y éste a otro más.
En que entre dos puntos existe una línea conformada a su vez por infinidad de puntos cuyo interés puede ser tanto o superior como aquel en el que hubiéramos fijado la mirada.
En cuanto a la fotografía que acompaña este texto, me gusta pensar que el pescador dirige su embarcación con la decisión de quien sabe a donde va. Que navega por el canal hacia un punto de fuga que nunca va apoder alcanzar. Y no va a hacerlo porque éste, al igual que el horizonte o un arcoiris, nunca estarán donde parecen hubicarse.
Porque jamas serán otra cosa que una ilusión inaprensible y lejana. Representación de todo aquello que aún nos queda por hacer y para lo que probabemente necesitariamos mas de una vida para conseguirlo.
Pero hay algo que solemos obviar y es que es precisamente el recorrido lo que hace fascinante un viaje. #OriolVillar #Mar #Fotografía #Hemingway Compartir en X
Aunque si nuestra ilusión y fantasía están alerta, éstas iran generando de continuo nuevos puntos de fuga, diferentes horizontes y hermosos arcoiris que jamás lograremos alcanzar.
Y es que eso entiendo que es precisamente la vida, un camino hacia un destino que nos va modelando a cada paso que damos.
© «Hacia el punto de fuga.» es una fotografía de Oriol Villar-Pool
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