Primera entrega del guión para un largometraje titulado Los Hijos de Noé. En estas primeras secuencias conoceremos a Andrea, sumida en dolor por una ruptura amorosa y perdida en ciudad y en la vida.
También descubrirás a Doña Julia y Don Jaime, padres de Andrea y quienes  apesar de la complicada situación familiar creada a causa de la enfermedad de Jaime, muestran su alegría porque Andrea vaya a pasar un días con ellos.
Sabremos también de Margarita la chica ecuatoriana que cuida de todos ellos y de Doña Eufemia, la enigmática vecina que pasa sus días  observando a la famila a través de la mirilla.

sec.1.cuarto de baño casa PADREs andrea. INT.. día.

Pantalla en negro. Se ilumina la pantalla y no se ve más que una superficie borrosa. Se escucha una voz en off de una mujer mayor pero con carácter es DOÑA JULIA.

DOÑA JULIA.- (off)
Mire señorita. Comprendo perfectamente que usted tenga mucho trabajo…
Sí….Sí. Pero yo soy una clienta y tengo todo el derecho…

Alguien pasa una toalla por la superficie borrosa que resulta ser un espejo empañado. Se ve reflejado a un hombre de unos setenta y cinco años, es JAIME. Tiene buen aspecto, está arreglado y bien peinado se observa en el espejo del cuarto de baño. Su ropa es sencilla pero de buena calidad y está bien conjuntado. Se le ve un hombre cuidado y refinado. Por lo que se puede observar del cuarto de baño parece una habitación grande de una casa antigua pero bien equipada. El hombre se mira fijamente y sus ojos recorren su rostro reflejado. Su mirada es extraña, parece perdida y algo desorientada. Sin duda no acaba de reconocerse del todo.

DOÑA JULIA.- (Cont)
… Es más exijo que no me de evasivas y me confirme
cuanto tiempo tendré que esperar para que me envíe un taxi.
Ya… Ya… No lo dudo señorita.
Pero sepa usted que dentro de media hora mi marido tiene una consulta en el médico
y es de la mayor importancia que estemos allí a la hora…
Sí . Le espero…
Pero le recuerdo que hace ya veinte minutos que estoy esperando a que me envíen un taxi.
Sí, no se preocupe que no me voy a ir a ninguna parte hasta que ustedes vengan a buscarme…

DOÑA JULIA.- (off)
Y tú Margarita nos preparas una sopa de sobre y unos filetes…

MARGARITA.- (off con acento ecuatoriano)
Sí, señora.

DOÑA JULIA.- (off)
… mira a ver si tenemos una lechuga y si no pones lo que encuentres,
que estoy segura de que hay cosas muertas de risa en el frigorífico…

MARGARITA.- (off)
Sí señora.

DOÑA JULIA.- (off continúa hablando por teléfono)
Oiga señorita ya le he dicho… sí… sí, pero sepa usted… Bien espero…
(a Margarita) Por cierto llama al carnicero y dile que te mande con el chico unas pechugas de pollo
y un poco de jamón, pero que sea del que a mí me gusta ¿eh?…

MARGARITA.- (off)
Sí señora.

DOÑA JULIA.- (off)
Y el puré pásalo bien con la batidora que ya sabes que a mi marido no le gusta si no está bien pasado…
(Al teléfono) Ah bueno pues ya iba siendo hora, dígale al conductor que nos espere en la esquina.

JAIME continúa observándose en el espejo.

DOÑA JULIA .- (off)
¿Pero qué haces cariño?
Hala, vámonos, que si no vamos a llegar tarde a la consulta.

Aunque no lo vemos DOÑA JULIA ha cogido del brazo a JAIME y lo ha arrastrado fuera de la habitación.

JAIME.-
¿A la consulta? ¿A qué consulta? ¿Te encuentras mal cariño?

sec.2. coche de andrea. INT. día.

ANDREA conduce un coche de gama media alta. Lo hace en silencio por una autovía a gran velocidad. Es una mujer joven. Tiene unos treinta años. Viste de sport y a pesar de que tiene aspecto cansado es atractiva.

ANDREA.-
Te echo de menos ¿sabes?
Intento mirar para otro lado. Intento no recordarte. Intento no sentirte.
Pero no hay nada que no me recuerde a ti. No hay nada de lo que me rodea que no seas tú.
He intentado romper tus fotografías. He escondido tus discos. He lavado las sábanas y las toallas.
He sacado tu ropa de mi armario. Pero tú sigues estando allí. Todo huele a ti.
Todo me sabe a ti. Hace varias semanas que no paso por casa.
Pero no creas que he conseguido nada. Porque tú sigues en mi.
Me gustaría que las cosas no fuesen así. Sé que yo ya no tengo sitio en tu vida.
Y también sé que no puedo hacer otra cosa que resignarme a tu olvido y a tu felicidad sin mí.
Desde que te perdí no encuentro mi sitio.

ANDREA no recibe respuesta al finalizar sus palabras comprobamos que viaja sola. Durante su monólogo ha mirado en varias ocasiones a un lugar que ahora descubrimos que era el teléfono móvil colocado en la guantera.

ANDREA.-
Llámame… Llámame Mario… Llámame.

Suena el teléfono sobresaltándola. Coge el aparato mira la pantalla y vuelve a dejarlo sobre la guantera. No contesta. El teléfono suena varias veces hasta que deja de hacerlo. ANDREA continúa conduciendo.

sec.3. Consulta Médico. INT. día

El MÉDICO está haciendo unas pruebas al JAIME. Tiene una mano atrofiada a causa de una trombosis que le ha paralizado medio cuerpo. Tiene movilidad pero con dificultad manifiesta. Lo ausculta y le pregunta cosas sencillas.

MÉDICO.-
Bueno Jaime, me ha dicho su mujer que no le hace usted ni caso al fisioterapeuta.

JAIME.- (sorprendido)
¿Quién yo?

MÉDICO.-
Pues hay que hacer todos los ejercicios que le manda.
Porque si no esta mano no va a servirle para nada.

JAIME.- (Extrañado al comprobar que su mano está atrofiada)
No sé que me ha pasado en esta mano.
La siento como dormida.
No sé… Me he debido dar un golpe.

DOÑA JULIA le acerca su mano y poniéndola sobre la suya le tranquiliza con una caricia. El MÉDICO que ya se ha sentado en su butaca mira la historia clínica del paciente.

MÉDICO.- (A Doña Julia)
El «Sintrón» continúa así hasta nueva orden.

DOÑA JULIA.-
Si tuviera otra hemorragia se lo quito. ¿Verdad?

MÉDICO.-
Pero me llama inmediatamente. (escribe algo en la historia)
Bueno Jaime, y qué tal está su hija que hace mucho que no la veo.

JAIME.-
Creo que se equivoca doctor. Yo no tengo hijos.

MÉDICO.-
Ah es verdad.
Es que pasa tanta gente por aquí al cabo del día
que muchas veces me confundo.

JAIME no le hace demasiado caso.

MÉDICO.-
Bueno pues todo está estupendamente.
Vamos a seguir un mes más con el tratamiento como hasta ahora y nos vemos entonces.
¿De acuerdo?
(A Doña Julia
) Y ya lo sabe si nota usted cualquier cosa llámeme.

DOÑA JULIA.-
Gracias doctor.

sec.3 a. recibidor consulta médico.INT. día.

El matrimonio sale al recibidor. Allí está ANDREA mirando por la ventana. Al verlos se acerca a ellos y los besa. Por el saludo parece que hace algún tiempo que no se ven.

ANDREA.-
Lo siento hubiera querido venir con vosotros pero se me ha hecho tarde.
¿Ha ido todo bien?

DOÑA JULIA.-
Si hija, todo bien.

JAIME.-
Cuanto me alegro de verte.

DOÑA JULIA.-
¿Ahora te alegras eh?
Pues bien que has negado conocerla ahí dentro. (Bromeando)

JAIME se ríe. No entiende muy bien de qué le están hablando pero el tono cariñoso le hace sonreír de forma pícara.

ANDREA.-
¿Ah sí? Así que otra vez renegando de tu hija.
Estás hecho un sinvergüenza, papaíto.
Hala venga, vámonos a casa.

DOÑA JULIA.-
Has venido en tu coche.

ANDREA.-
Claro.

DOÑA JULIA.-
Ah, que bien.
Porque nos ha costado un triunfo conseguir un taxi para venir.

sec.4.Coche de ANDREA. INT. día.

JAIME ocupa el Asiento del copiloto y DOÑA JULIA viaja en el de atrás. En la radio suena una pieza de JAZZ. A JAIME parece gustarle y reconoce el tema sigue el ritmo golpeando con sus dedos el bastón y tararea la melodía.

DOÑA JULIA.-
¡Hay chica, que desordenado tienes el coche!

ANDREA.-
Ya lo sé mamá. Pero que quieres que le haga si me paso el día de aquí para allá.

DOÑA JULIA.- (Poniendo orden en varias prendas de abrigo que hay tiradas en el asiento de atrás)
Pues no te esperábamos hasta el mediodía.

ANDREA.-
Es que he salido muy temprano.

DOÑA JULIA.-
¿Y hasta cuándo te quedas?

JAIME.-
¿Has estado fuera, hija?

ANDREA.-
Sí papá. En Madrid.

JAIME.- (Muy pendiente del tráfico)
Qué bien conduces.

ANDREA.-
Creo que podré quedarme una semana…
Tengo unos días de vacaciones pendientes y creo que me los voy a coger.
La verdad es que estoy un poco cansada.

DOÑA JULIA.-
Pues ahora que lo dices sí que tienes un poco de mala cara.

ANDREA.- (Bromeando)
Muchas gracias mona.

Los tres ríen.

sec.5.escalera Casa PADREs de andrea. INT. día.

Un albañil baja las escaleras con unos tablones al hombro pasa junto a JAIME, DOÑA JULIA Y ANDREA que suben las escaleras de forma dificultosa. Están cambiando el ascensor y por la escalera se escuchan las voces de los albañiles y algunos suben y bajan. Las escaleras están sucias, llenas de trastos y parecen un campo de batalla. JAIME está agotado, DOÑA JULIA que no ve muy bien a causa de la escasa luz de la escalera teme constantemente caerse. ANDREA se ocupa tanto del uno físicamente como de la otra a la que trata de dar ánimos y tranquilizar. Se detienen en el rellano del tercer piso.

JAIME.- (Sofocado)
¿Queda mucho para llegar?

ANDREA.-
Venga papá que ya estamos en el tercero.

JAIME.- (Nervioso)
Ya. Ya. Pero te he preguntado que cuanto queda para llegar a casa.

DOÑA JULIA.-
Tranquilo cariño. Ya solo nos queda un piso. Enseguida estamos en casa.

MARGARITA, la criada una ecuatoriana pequeñita de unos cuarenta años y con un diente de oro que asoma tras su sonrisa, baja las escaleras llevando una silla plegable. Al verla a todos les parece de lo más normal menos a JAIME que se alegra de ver que va a poder descansar. Se sienta y descansa. DOÑA JULIA y ANDREA aprovechan para continuar hacia la casa. JAIME y MARGARITA se quedan allí.

JAIME.- (Rebuscando en sus bolsillos sin encontrar nada)
Oye alguien tiene un pitillo por ahí…
Que raro…
me los he debido dejar olvidados en casa.

MARGARITA.- (Cogiéndole la mano de forma cariñosa)
No sea malito Don Jaime.
Ya sabe que no le conviene fumar.

JAIME.-
Déjese de bobadas y consígame un cigarrillo, demontre.

sec.6. descansillo y casa padres. INT. día.

DOÑA JULIA y ANDREA llegan al descansillo de su piso. La puerta está abierta de par en par. Las dos llegan agotadas. Al detenerse para recuperar el aliento ANDREA se escucha un ruido en el interior de la puerta de los vecinos, la luz de la mirilla desaparece y no cabe duda de que alguien las observa. ANDREA lanza una mirada interrogativa a DOÑA JULIA. Esta le devuelve una mirada de resignación.

Entran en la casa.

ANDREA.- (susurrando)
¿Ésta sigue como siempre?

DOÑA JULIA.-
¿Quién Eufemia? …
Pobre…
Se aburre como una ostra y nosotros somos su televisión.

ANDREA.-
Pues vaya.

El recibidor tiene buen aspecto pero se ve que es una casa sobrecargada en la que hay muchas más cosas de las que el espacio puede absorber. Hay cajas. Cuadros embalados y libros amontonados por todas partes.

ANDREA.- (Con ironía)
¿Y cuanto dices que falta para que terminen la obra del ascensor?

DOÑA JULIA.-
Pues todavía les quedan un par de meses.

ANDREA.-
¿¡Tanto!?

DOÑA JULIA.-
No hace ni una semana que se lo pregunté al encargado
y eso fue lo que me dijo.

Las dos se adentran en la casa ANDREA lanza una mirada hacia el fondo del largo pasillo. Se ve que aún siendo de una clase acomodada, la casa está deteriorada. Tras una cierta duda pregunta.

ANDREA.-
¿Mi habitación está habitable?

DOÑA JULIA.-
Bueno ya sabes que aquí desde que desmontamos la casa de tu abuela
está todo de un sitio para otro…
¿Por qué, es que piensas quedarte aquí?

ANDREA.- (Sin darle importancia)
Pues creo que sí…
¿No te parece que deberías tirar algo de todo esto?

DOÑA JULIA.-
Algún día tendré que ponerme a ello.
Pero es que no sé por donde empezar ¿Sabes?…
Pero bueno vamos a lo importante.
Si la habitación no está preparada la preparamos enseguida.
Me hace mucha ilusión que te quedes con nosotros.

ANDREA.-
La verdad es que os veo tan poco y para los cuatro días de vacaciones que tengo,
¿dónde voy a estar mejor que aquí?.
Creo que será lo mejor.

DOÑA JULIA.-
Sí hija porque últimamente viajas tanto que tu padre no hace más que preguntar por ti.

JAIME y MARGARITA llegan a casa. Una vez allí recobra la calma. MARGARITA se hace cargo de él.

DOÑA JULIA.- (A Jaime)
Sabes cariño que ANDREA se va a quedar aquí unos días con nosotros.

JAIME.-
¿Aquí?

ANDREA.-
Sí. Aquí. En casa, con vosotros (Le da un beso)

DOÑA JULIA.-
¿Te hace ilusión?

JAIME.-
Toma. Claro. Cómo no me la va a hacer.

ANDREA.-
Bueno pues entonces voy a buscar mi maleta.

ANDREA sale de nuevo a la escalera.

 

Continuará…

© “Los Hijos de Noé” es un guión de Oriol Villar-Pool