Amanece temprano pero yo lo hago aún más. Me asomo a la ventana de mi habitación y en ese momento hace su entrada en el parking del hotel el camión en el que vamos a hacer la ruta transafricana desde Nairobi hasta Johannesburgo. Atravesaremos Kenia, Tanzania, Malawi, Zambia, Zimbawe y Sudafrica.
Día 3 de agosto de 1996
Es un enorme y hermoso vehículo de color amarillo atravesado de lado a lado con unas llamativas franjas anaranjadas. Está preparado para transportar a casi quince personas a través de las tierras del Áfica negra. Dispone de armarios bajo cada uno de los asientos, en donde almacenar víveres y todos los utensilios necesarios para nuestra supervivencia y dos cámaras frigoríficas. En su parte trasera, una amplia bodega cargará con nuestro equipaje, las tiendas de campaña y todo lo preciso para nuestra expedición.
En el comedor, al calor de un variado desayuno, conozco a Iñaki, el amigo y benefactor madrileño de Miguel Angel. Mientras come con hambre de días, me cuenta que estuvo a punto de amotinarse en un 747 de Olimpia Air Lines, las líneas aéreas griegas. Al parecer tuvieron a todo el pasaje encerrado durante horas en el aeropuerto de Barcelona, a causa de una avería. Asegura que a causa del calor insoportable al que sometieron al pasaje, él que es de carácter pacífico no hubiera dudado en asesinar al sobrecargo por una botella de agua.
Tomaron tierra en Kenia muy avanzada la madrugada, tras haber hecho escala en Madrid, Barcelona, Atenas y El Cairo, para por fin llegar al Aeropuerto Kenyata de Nairobi. El viaje fue agotador pero resulta ser una una perfecta excusa para romper el hielo con sus nuevos compañeros de viaje.
Tomaron tierra en Kenia muy de madrugada, tras escalas en Madrid, Barcelona, Atenas y El Cairo, para llegar al Kenyata de Nairobi. #OriolVillar #Africa #Arusha #Viaje Compartir en X
Por la puerta principal del comedor hace su entrada Ben, quien será nuestro guía. Es un enorme sudafricano de Johannesburgo, rubio como el sol y con las espaldas propias de un jugador de rugby. Pocos días después descubriré que antes de dedicar su vida a transportar turistas con ínfulas de aventureros por el continente africano, se ganaba su salario a los mandos de una escabadora en una mina en su país. Imagino que las cosas que allí vería le habrian dado el coraje suficiente para responsabilizarse de 15 blancos en una tierra de negros siempre impredecibles. Como si de un viajero más se tratara, Ben nos mostró el interior del camión en el que tantas horas ibamos a pasar durante las próximas cuatro semanas.
No ocurre nada especialmente reseñable durante el resto de la mañana. Saludos, anécdotas, presentaciones y miradas de todo tipo. Después, al filo del mediodía, emprendemos ruta hacia Arusha. Es ésta una ciudad del norte de Tanzania y es la capital de la región del mismo nombre. Se encuentra ubicada en el extremo oriental de la rama este del gran Valle del Rift. La ciudad se encuentra próxima al Parque Nacional Serengueti, la zona de conservación de Ngorongoro, el parque nacional del Lago Manyara, la garganta de Olduvai, el parque nacional de Tarangire, el monte Kilimanjaro y el parque nacional Arusha en el monte Meru. Ni más ni menos.
Arusha es un importante centro diplomático internacional. Es considerada como la capital de facto de la Comunidad Africana Oriental, y desde 1994, la ciudad también ha sido sede del Tribunal Penal Internacional para Ruanda. Es una ciudad multicultural con una población mayoritaria tanzana de orígenes mixtos, bantú, árabes e indios, más pequeñas minorías blancas europeas y americanas.
Las religiones de la población son el cristianismo, judaísmo, islam y el hinduismo. Pero ante tanta importancia historica, geográfica y natural a mi la sensación que me llega de la ciudad es la de una aglomeración urbana poco atractiva y sucia, como lo son casi todas las poblaciones que he visto hasta el momento por aquí. Pero ser un punto clave en las rutas que se dirigen al Parque Nacional de Serengueti, la convierten en el motivo fundamental por el cual nos hemos desplazado hasta aquí. Lo hacemos nosotros y lo hacen los cientos de miles de turistas que desde aquí se lanzan a vivir su propia experiencia africana.
Arusha es además lugar histórico en la corta vida política de la independencia de Tanzania.
Cuando llegamos a Masai Camp, nos recibe Edmond, el ayudante de Ben. Lo hace uniformado para la ocasión con el divertido atuendo de un Boy Scout. Es un elegante zimbawense de veinticinco años de edad que reside en Harare, la capital de Zimbawe. Lo hace con su esposa, su madre y sus cinco hijos. Deja allí a su familia a cargo de su hermano Gary para recorrer la mitad sur de África una decena de veces al año junto a su compañero Ben. Esto les pemite a ambos mantener a sus familias y vivie en una permanente aventura.
La relación etre estos dos hombres tan distintos entre sí me resulta un enigma. Los separan sus razas y sus trabajos, pero me atrevo a adivinar en la complicidad de sus miradas, que en el fondo hay mucho más en entre ellos de lo que se muestra a simple vista.
La relación etre estos dos hombres tan distintos entre sí me resulta un enigma. #OriolVillar #OriolVillarPool #Africa #Serengueti #Massai #Viajes Compartir en X
Edmond ha preparado el campamento, con una carpa, una cocina y los sacos que contienen nuestras tiendas de campaña aplilados junto al camión. Aprendemos a montar las tiendas, cenamos, charlamos y nos retiramos a descansar. Quien más quien menos está agotado de un día ajetreado que será el primero de muchos otros. Al día siguiente, al poco de amanecer, partiremos hacia Serengueti y Knorongoro Cráter.
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© “Pole Pole AFRICA. ¡Por fin, en marcha!” es un un texto de Oriol Villar -Pool
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