Nunca subestimes el poder de la pena aconsejaba el malogrado actor Manuél Andrés a su nieto en la ficción en un capítulo de la serie La que se avecina.
Y viene esto a colación pues nunca imaginé el poder que mis palabras y su forma poética pudieran desatar en los corazones de aquellas personas que en algún momento de mi vida ocuparon un hueco en el mío.
No hace mucho que comencé a publicar una serie de textos poéticos en este blog, agrupados en lo que autodenominé La Colección del Desamor. En un cuaderno azul, al que bauticé como Cuaderno del dolor, decidí recopilar palabras y sentimientos; experiencias y soledades, ya fueran vividos en primera persona o fruto de la obsevación de lo que en otras personas provocaba el sentimiento de la perdida del amor.
Comencé a escribir sin demasiada convicción y con más reparo y vergüenza que otra cosa. Poco a poco, con el trascurrir de los días y las semanas, y con el fluir de los versos y las estrofas, me fui sintiendo cada vez más cómodo y menos ruboroso. Fue entonces cuando comencé a publicarlos en este sitio web y a compartirlos en twitter, facebook e Instagram.
En un principio no ocurrió gran cosa, apenas nadie se daba por enterado de mis líneas y practicamente ningún comentario acompañaba a mis poemas en su soledad en el ciberespacio.
Pero la fluidez de mi escritura y el descenso en el pudor al escribir sobre temas tan profundos e íntimos, me llevó a mostrar cosas y describir cosas que ni yo mismo conocía de mi.Había quien me preguntaba, ¿Pero Oriol estás enamorado? y yo respodía ¿Acaso hay que estar muerto para hablar de la muerte? Lo que sin duda provocaba un cierto estupor en mi interlocutor.
Todo esto resultó una experiencia enriquecedora que me ayudó a reforzar mi autoestima como escritor. No sé si la calidad de mis textos será merecedora de esa estima, pero el efecto que escribirlos y lanzarlos al mundo ha provocado en mi ha merecido por mucho el esfuerzo vertido en su producción.
Pero ésto no ha sido todo. Como ya he dicho, no todas las experiencias ni emociones que reflejan dichos poemas pertenecen a mi experiencia personal.
¡Ni mucho menos!
Soy un tipo bastante alegre y positivo, aunque en mi vida, como en la de todos hayan existido unos instantes, momentos y épocas más oscuros que otros.
Pero para mi sorpresa y como afirmé al comenzar este texto. Estos poemas apasionados, en los que el desamor, y el desasosiego y el desamparo que el mismo causa en las personas, provocó una reacción curiosa en aquellas mujeres que a lo largo de mi vida hubiesen significado algo para mi.
Además y curiosamente fueron algunos poemas en concreto los que desataron una serie de reacciones que resultaron llamativas. Ellas, al parecer, sintieron que los textos que yo escribía hacían referencia a cada una de ellas y todas sin excepción se sintieron identificadas con uno u otro aspecto de tal o cual poema.
Tal fue el impacto que en algunas de ellas provocaron mis escritos, que no dudaron en manifestarse tras meses, años e incluso décadas de silencio.
La primera me sorprendió, la segunda me conmovió y las siguientes me provocaron hasta cierto sonrojo.
Comprendía lo que ellas hubieran podido sentir al leer cada uno de los poemas. Empatizaba con ellas a la hora de comprender el rato que hubieron de pasar para acercarse a mi después del tiempo y hacerlo de modo tan emotivo.
Los modos que utilizaron para contactar conmigo fueron diversos. Sus mensajes dispares y sus motivaciones confusas. #oriolVillar #Poema #Poesía Compartir en X
Los modos que utilizaron para contactar conmigo fueron diversos. Sus mensajes dispares y sus motivaciones confusas.
He de reconocer que me sentí halagado. No por que viejos amores quisieran regresar a mi vida tras más o menos largos periodos de distancia, cosa que no me resutaba en absoluto intersante. Sino, más bien me sentía contento, por la fuerza con que aquellas palabras mías habian calado en lectoras en las que no había pensado ni por asomo al redactar los textos.
Aquellas historias estaban basadas en experiencias y emociones en abstracto. Es cierto que formaban parte de mi vagaje existencial, pero no se materializaban en nada ni en nadie en particular. No tenían un rostro en especial y carecían de nombre y de biografía.
Nunca pensé en ti al escribir mis poemas, tuve que repetir ante algunas insistentes lectoras.
Y dicho esto y tras la última «manifestación» me senté a escribir estos versos titulados Un Adiós en un Adiós, no sin antes archivar los mensajes recibidos en la carpeta de los pasados olvidados.
Si te apetece dar tu opinión no dudes en hacerlo en los comentarios que encontrarás al final del texto. Me encantará conocer tus opiniones sobre este poema y el tema tratado en él.
Un adiós es un adiós.
La nostalgia no es buena compañía
y aún es peor como consejera.
Un adiós es un adiós,
siempre un adiós
y no un hasta luego.
Nunca un quizá, ni un puede y
jamás un otra vez o de un nuevo.
No importa el por qué ni el cómo
no importan el modo ni la razón
de lo acontecido antaño.
El pasado solo es eso,
ni nostalgia ni perdón.
Dice Sabina con acierto
que no has de regresar ni volver
a los lugares en donde creíste ser feliz,
si es que realmente fue así.
Y esto es verdad e incluso es cierto.
La memoria lacrada en su sobre
permanecerá buscando su lugar en el olvido.
Nunca sirvió retornar la mirada
hacia lo que ni siquiera fue.
Quizá halles lo que ansías, pero
para hacerlo tendrás que buscar
en lugares nuevos e ignotos
en los que puedas explorar
eso que quieres y sueñas
por toda tu eternidad.
El pasado solo es eso, ni nostalgia ni perdón. #OriolVillar #Poesía #Poema Compartir en X
© “Un adiós es un adiós.” es un poema de Oriol Villar-Pool
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