«Me arrebataste el sueño y me robaste la paz», estos son los dos primeros versos de este poema titulado «Una muerte certificada». En este texto, tú lector podrás encontrar una reflexión más sobre el desamor y sobre el estado de conmoción que esa experiencia provoca en la doliente víctima del mismo.
Pero en este caso más que un llanto es una inmersión que ya sin ánimo de comprender simplemente actúa como nota aclaratoria de las intenciones de su protagonista frente a la posibililidad de la recuperación del amor. Ante la remota posibilidad de reactivar un amor, o más corectamente de reamar.
Esto no suele ser una buena opción, salvo que los parámetros en los sujetos de tan convulsos sentimientos se replanteen dejando claras y precisas las nuevas reglas del juego.
Lo cierto es que si el desamado actúa de este modo reflexivo, quizá llegue a la conclusión de que reandar un camino, ya de por si pantanoso, pueda no resultar más que un viaje sin retorno a la ciénaga del dolor.
Si te apetece dar tu opinión no dudes en hacerlo en los comentarios que encontrarás al final del texto. Me encantará conocer tus opiniónes sobre un tema tan sensible como el aquí tratado.
Una muerte certificada.
Me arrebataste el sueño
y me robaste la paz.
Me suplicaste más tiempo
y nunca supe por qué.
Por qué prolongar el dolor
de una muerte certificada.
Insistías una y otra vez,
ignorabas mi negativa.
Tú querías algo que no podía comprender.
Si al menos me hubieses participado
de tus anhelos hubiera sabido qué hacer.
Preferiste el silencio y la distancia,
nos fuimos desconociendo
hasta volver a empezar.
Pero entonces ya no era el mismo,
no me sentía igual.
Ahora las reglas son otras,
ahora jugamos los dos.
Ahora sé lo que no quiero.
Y lo lo que no quiero eres tú.
© “Una muerte certificada.” es un poema de Oriol Villar-Pool