Un breve y relato de terror y sexo frustrado cuyo final tendrás que descubrir tú. ¿Conseguiré sobrevivir a las insinuaciones de ella?¿Existirá una salida en este edificio tan extraño?¿Terminaré el día en la cama o dentro de mi ataud?
Prepárate porque ésta historia comienza así:
No sé si comprendí bien las señales que ella me enviaba. Descubrió su hombro desnudo tras un viejo camisón que parecía no haber tenido nunca una buena noche.
«Sin salida»
No sé si comprendí bien las señales que ella me enviaba. Descubrió su hombro desnudo tras un viejo camisón que parecía no haber tenido nunca una buena noche.
Ella forzó una mueca con ambición de sonrisa. Me invitó a entrar. Yo premanecí en el descansillo de la escalera. La casa estaba completamente vacía, no había un solo mueble, ni un cuadro, ni tan siquiera un crucifijo en la pared. Junto a la puerta, en el suelo, una pila de botellas de agua Perrier.
Levanté de nuevo la mirada e intuí que el resto de la casa era muy similar al recibidor, desolada y carente de vida.
El resto de la casa era muy similar al recibidor, desolada y carente de vida. #OriolVillar #ElSilenciodelosLocos #Fotografía #RelatoDeTerror #HumorNegro Compartir en X
Ella insitió en hacerme entrar, entonces escuché una tos. Era grave, como de un hombre rudo o de una vieja envenenada por décadas de tabaco negro. Ella también escuchó a quien parecía ocultarse al otro lado de la puerta del salón, pero fingió no oírlo.
Entonces huí, corrí y entré en el ascensor. Las puertas se cerraron tras de mí y me quedé allí solo, en silencio, con tan solo la respiración alborotada y el miedo dentro de mi. Sólo quería salir de allí, huír, abandonar un edificio que desde el primer instante me había dado mala espina.
Quise pulsar el botón que me llevaría al portal, pero vi que allí el «0» brillaba por su ausencia. Aunque ésto no es exacto. Lo cierto es que al levantar la mirada y lo vi allí, en lo más alto de la tabla.
Pulsé extrañado el botón y el ascensor se dirigió como un rayo hacia arriba, sin duda me llevaba al piso 10º.
Supuse que tendría que pulsar el «1» ya que para acceder al -«1» hacía falta una llave que yo no tenía. Lo hice y el ascensor inció el descenso. Ahora se desplazaba de modo mucho más lento que al subir.
Entonces el ascensor se detuvo bruscamente. Estaba de nuevo en el 4º piso. Las puertas se abrieron y allí estaba ella. Con su bata azul cielo raída, su camisón descolorido y unas zapatillas deshilachadas.
En su mano un enorme cuchillo cebollero manchado de sangre.
Ésto fue lo último que vi.
Entonces el ascensor se detuvo bruscamente. Estaba de nuevo en el 4º piso. Las puertas se abrieron y allí estaba ella. #OriolVillar #ElSilenciodelosLocos #Fotografía #RelatoDeHumorNegro #HistoriadeTerror Compartir en X

© «Sin salida» es una fotografía de Oriol Villar-Pool.